domingo, 3 de junio de 2012

Japanese Swords: Cutting Edge I

Desde Septiembre de 2004 hasta Mayo de 2005 se expuso en el British Museum de Londres, un conjunto de litografías y grabados a través de los cuales se pretendía dar una idea general acerca de la importancia de la espada en la cultura japonesa. Tras el éxito cosechado, decidieron mantener parte de las obras de forma permanente en la sección sobre Japón que posee el museo.
Para los que no podamos acercarnos a Londres ahora mismo, la propia página del museo (http://www.britishmuseum.org/) ofrece un tour online bastante completo, en el que se pueden observar algunas de las obras expuestas. Nosotros también os invitamos a visitar esta interesante exposición, y para tentaros, aquí va un pequeño adelanto con una traducción adaptada desde la propia página…


Las espadas poseen un papel fundamental en la tradición japonesa, y son ampliamente admiradas por su elegancia, belleza, excelencia técnica y cualidades espirituales. Las primeras espadas de acero se llevaron a Japón desde China y Corea entre el siglo 4 y 6 AC, y los primeros forjadores perfeccionaron su curvatura y su filo único durante el trascurso del periodo Heian (794-1185 AC), a pesar de que su uso se extendió hasta el final del siglo 19 entre la clase de los samurais.
Pueden datarse de acuerdo a los cambios operados en su forma a lo largo del tiempo, y como los maestros forjadores firmaban su trabajo, es posible realizar una cronología de cada una de ellas.
La apreciación de la belleza de la hoja es un importante aspecto de la estética japonesa. Su textura única se crea a través de un complejo proceso de pulido. Las espadas son incluso honradas como lugar de residencia de determinadas deidades en numerosos santuarios Shintō.



El arte de la forja.

La manufactura de las espadas japonesas requiere una técnica impecable y los maestros forjadores más exitosos son muy respetados. Este grabado en madera del artista Ogata Gekko (1859-1920) representa al maestro forjador Inari, que vivió durante el periodo Heian.
Las hojas de las espadas japonesas poseen una piel dura pero un núcleo relativamente suave. Esto se consigue mediante una combinación muy específica de aceros de diferentes calidades y plegando la mezcla varias veces mientras está caliente. Posteriormente, se amartillea hasta conseguir la forma deseada, se calienta hasta el rojo vivo y se templa en agua helada. Con este proceso, además de endurecer la hoja, se crean patrones decorativos naturales. Este es el caso de los patrones de ondas cristalinas conocidas como hamon, un efecto de nubes demonimado nioi (por el aspecto del color de las flores en los árboles distantes) o una banda contínua de brillantes cristales llamada nie (hervor).
El pulido es tan importante como el propio proceso de forjado. Se lleva a cabo usando más de 20 tipos distintos de piedras que consiguen que la superfície de la espada quede completamente plana.

Por convención, las hojas se dividen en 4 tipos dependiendo de su longitud; tachi (gran espada) y katana (espada) poseen más de 60 cm de longitud. Wakizashi (espada acompañante) posee entre 30 y 60 cm y el tantō (espada corta o daga) posee unos 30 cm. Los samurais tradicionalmente llevaban un par de espadas, una larga y otra corta. 


Kotō. Las antiguas espadas.

La palabra Kotō (espadas antiguas) describe a las espadas hechas en Japón desde el inicio del periodo Heian (794-1185) hasta el final del periodo Momoyama (1573-1600). Las hojas Kotō son por lo general más delgadas y con unas proporciones más elegantes que las de las espadas realizadas en periodos posteriores, que poseen a menudo una curva más pronunciada. Durante la era de los Kotō, su manufactura se concentró en áreas que poseían un amplio suministro de hierro o en las regiones bajo control de poderosos clanes militares. Así se reconocen 5 importantes núcleos: en el centro de la Provincia Bizen (Kyoto), en la Provincia de Yamato (Nara y alrededores), Sōshū (Provincia de Sagami, actualmente la Prefectura de Kanagawa, en torno a Kamakura), la Provincia de Mino (actualmente la Prefectura de Gifu) y Yamashiro (Kyoto).

El wakizashi (espada acompañante) mostrado en la foto fue creado por el maestro forjador Osafune Norimitsu en la provincia de Bizen, que poseía una fuerte tradición de forjado de katanas. Se creó durante el periodo Muromachi (1392-1573) en un momento histórico en el cuál se creaba un gran número de espadas para los ejércitos que luchaban en las continuas guerras civiles. La hoja posee una curva pronunciada y el patrón ondulante conocido como hamon (esa estructura cristalina tan característica en el borde de la hoja). La hoja además está decorada con pan de oro. Su alta calidad indica que probablemente fue creada específicamente para un clan gobernante para su uso en ceremonias en la corte.

Sumiyoshi Hirotsura, Yoshitsune y la Batalla de Yashima.

Este grabado en madera realizado por el artista Sumiyoshi Hirotsura (1793-1863) representa al gran guerrero Yoshitsune en la Batalla de Yashima. Esta batalla probablemente fuera la más importante de todas las que tuvieron lugar durante las guerras Gempei (1182-85) entre los clanes Minamoto y Taira.

Yoshitsune y sus hermanos eran ilustres miembros del clan Minamoto. Sus victorias permitieron despejar el camino para el ataque en Yashima, el lugar donde se asentaba el cuartel general del clan Taira en la isla Shikoku.
En marzo del año 1185 Yoshitsune comenzó a reunir una pequeña flota de barcos y el 22 de marzo les ordenó zarpar, aunque según las crónicas muchos de los navíos se hundieron en el mar debido a las tormentas. Cuando la flota se encontraba cerca de Yashima, Yoshitsune le sonsacó a un guerrero de la zona que muchos de los defensores del clan Taira se encontraban de expedición, lo que los hacía especialmente vulnerables.
La flota desembarcó frente a la base de los Taira, donde el lider del clan, temiendo un ataque masivo y dada la escasez de hombres operativos, ordenó a sus soldados que evacuaran la base y se dirigieran hacia las naves de Yoshitsune para enfrentarlos. La cruenta batalla que tuvo lugar se representa en el grabado. A la mañana siguiente, los Taira, derrotados, abandonaron Shikoku.
En la batalla final de las guerras Gempei, el 24 de Abril de 1185, los Taira lucharon valientemente pero las fuerzas de Yoshitsune se alzaron con la victoria. El clan Taira ya no presentaba ningún peligro para los Minamoto, y el hermano de Yoshitsune, Yorimoto, fundó el primer shogunato en Kamakura.
El reinado de los Shogun (mandatarios militares) continuó hasta 1868, y los emperadores continuaron reinando como líderes culturales y espirituales.


Katsukawa Shunshō, Benkei y Yoshitsune en el puente Gojō

Este grabado en madera de Katsukawa Shunshō (que murió en 1792) muestra a Benkei y Yoshitsune luchando en el puente Gojō durante el siglo XII.
Según la leyenda Benkei, un monje-guerrero, se comprometió a recolectar un total de mil espadas, cada una de ellas ganada en batalla contra los hombres que cruzaran el puente Gojō en Uji, cerca de Kyoto. La historia cuenta que para cuando había conseguido 999 espadas Yoshitsune (representado en la derecha del grabado) apareció. Como parecía pequeño y poco poderoso Benkei pensó que podría derrotarle fácilmente, pero Yoshitsune acabó venciendo y Benkei se convirtió en su devoto servidor de por vida.
Benkei y Yoshitsune son figuras muy populares en la historia y leyenda de Japón y sus hazañas han inspirado multitud de novelas, películas y obras de teatro Kabuki.
El éxito militar de Yoshitsune fue crucial para asegurar el control del país que ejercía su hermano Yorimoto, aunque más tarde, el propio Yorimoto celoso del estrecho vínculo de Yoshitsune con el emperador le declaró la guerra. Se dice que Benkei murió defendiendo a Yoshitsune, que se vió forzado a suicidarse frente a los soldados de su hermano en la Batalla de Koromogawa.

Los datos y las imágenes de las obras se han obtenido de la web del British Museum de Londres, que podeis consultar a través de la dirección http://www.britishmuseum.org/

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