Continuando con la entrada anterior, en el British Museum de Londres hay una pequeña exposición permanente acerca de la cultura japonesa y la importancia de la espada en la misma. Para los que os interese, en la propia página del museo, se ofrece un tour online bastante completo, con explicaciones sobre las espadas y grabados expuestos.
Para todos los afortunados que podais acercaros a visitar la exposición, ésta se encuentra en la sección de Asia > Japón en Great Russell Street. Y para el resto, aquí teneis la segunda parte de la entrada. ¡Espero que la disfruteis!
Shintō, las nuevas espadas.
Este término describe a las espadas
que se crearon alrededor del 1600. Por aquel entonces la guerra civil había
terminado y comenzaba una nueva era, conocida como el periodo Edo (1600-1868), bajo el establecimiento del régimen de los Tokugawa. Al terminar las luchas la demanda de espadas cayó en picado, de forma que tan sólo los mejores maestros forjadores pudieron continuar en el negocio. Muchos de ellos se mudaron a las grandes ciudades como Kyoto, Osaka y Edo (la actual Tokyo), mientras que los más habilidosos se mantuvieron en las zonas de provincias, controladas por los señores feudales (daimyō).
La mayor parte de los cambios en la manufactura de espadas de la época vinieron dados por las importaciones de acero. En general, las hojas Shintō, siguen conservando a pesar del paso del tiempo un aspecto de "nuevas" que no tienen las espadas del periodo anterior (kotō), y la textura del metal es menos compleja. Las Shintō son más pesadas y duras, menos curvadas y poseen un patrón hamon (estructura cristalina en la hoja) más preciso que sus predecesoras.
A principios del siglo XVI, Sampin Masatoshi crea los primeros wakizashi (espada acompañante). Este maestro era el cuarto hijo de Kanemichi de Seki, y se mudó a Kyoto en torno a 1590 para formarse con los mejores maestros, junto con los cuales empezaría a lacar las empuñaduras en color negro y a elaborar finos y elegantes diseños de crisantemos y otras flores otoñales en alto-relieves dorados. La propia hoja de la espada y la montura se vuelven más decorativas durante este periodo y, de hecho, aquellas con empuñadura negra eran muy valoradas para ceremonias formales.
Tsuba, la guarda de la espada.
La Tsuba comenzó a usarse para prevenir posibles cortes de la mano con la zona de la hoja de la espada durante del combate. Se posiciona entre la empuñadura y la parte inferior de la hoja y normalmente son redondas, ovales o de forma redonda-rectangular con un agujero central en el cual encaja la sección transversal de la hoja.
Durante el periodo Edo, se popularizó una forma cuadrada y más grande de la Tsuba habitual, que estuvo muy de moda entre los samurai despojados de su título (kabukimono), aunque su uso se prohibió en 1645.
El hierro era el metal más común para la fabricación de Tsuba. Normalmente el metal sufría un proceso de pavonado, una reacción química que cambia el color del metal a un negro mate e impide que se oxide con el tiempo.
Posteriormente, la superfície podía pulirse suavemente o bien se cincelaba, tras lo cual podía decorarse de distintas formas. Esto incluía el itobori (un método básico para grabados lineales), takabori (un diseño esculpido en relieve sobre la superfície) y sukashi-bori (en el cual la superficie se corta dejando un patrón perforado). También se empleaban distintas formas de zōgan (incrustaciones), normalmente elaboradas con metal. El par de Tsuba mostrados aquí pertenecen a un daishō -el conjunto de dos espadas, una más grande y otra más pequeña portadas por los samurai-. Están decoradas con un patrón de incrustaciones de dragones dorados, en una base de shakudō (aleación de cobre que ha sufrido el proceso de pavonado).
Shinshintō, las "nuevas-nuevas" espadas.
Al principio del siglo XVIII, Japón llevaba ya un tiempo sin guerras y el número de espadas demandadas había disminuido drásticamente. Esta situación cambió en torno a la mitad del siglo, cuando las fuerzas navales de los extranjeros provenientes del Este incrementaron su actividad en aguas japonesas. El maestro forjador Suishinshi Masahide (1750-1825) se involucró en una serie de intentos por revivir el vigor militar japonés. Las espadas creadas por este maestro y sus discípulos durante esta época, se conocen como shinshintō (literalmente, espadas nuevas-nuevas).
Masahide se pasó varios años estudiando y escribiendo acerca de la tradición de las espadas en la cultura japonesa. A lo largo de su vida tomó más de cien pupilos y consiguió crear nuevas tendencias que influirían en la gran mayoría de los forjadores de su época.
La espada de la imagen es un wakizashi (espada acompañante). Fue creada por Taikei Naotane, un pupilo y sucesor del negocio de Masahide. La vaina de esta espada, siguiendo la tradición que creara su maestro está acanalada, lacada en negro y decorada con incrustaciones de oro.
Las disputas internas sobre la política de aislamiento del país, terminaron con el periodo pacífico en 1860. En 1868, el shogunato se abolió y se formó el nuevo gobierno bajo el mando del emperador Meiji. Conforme el país se modernizaba a pasos agigantados, las espadas comenzaron a considerarse reliquias y a partir de 1876 se les prohibió a los samurais lucirlas en público.
Así, la mayoría de las espadas shinshintō sufrieron un destino meramente decorativo y se destinaron al comercio de exportación.
Este
retrato muestra a un samurai retirado de la familia Nabeshima. El
término samurai se aplicaba a todos los miembros de la clase guerrera que llegaron
al poder en el siglo XII y dominaron el gobierno japonés hasta 1868.
El
samurai ideal debía ser un guerrero que poseyera valentía, honor y lealtad hacia
sus señores. La idea del honor poseía tanta importancia que el suicidio ritual
era una alternativa muy respetada frente al deshonor o la derrota.
La espada de la imagen es un wakizashi (espada acompañante). Fue creada por Taikei Naotane, un pupilo y sucesor del negocio de Masahide. La vaina de esta espada, siguiendo la tradición que creara su maestro está acanalada, lacada en negro y decorada con incrustaciones de oro.
Las disputas internas sobre la política de aislamiento del país, terminaron con el periodo pacífico en 1860. En 1868, el shogunato se abolió y se formó el nuevo gobierno bajo el mando del emperador Meiji. Conforme el país se modernizaba a pasos agigantados, las espadas comenzaron a considerarse reliquias y a partir de 1876 se les prohibió a los samurais lucirlas en público.
Así, la mayoría de las espadas shinshintō sufrieron un destino meramente decorativo y se destinaron al comercio de exportación.
El clan Nabeshima, los mecenas de la espada.
Este
retrato muestra a un samurai retirado de la familia Nabeshima. El
término samurai se aplicaba a todos los miembros de la clase guerrera que llegaron
al poder en el siglo XII y dominaron el gobierno japonés hasta 1868.
El
samurai ideal debía ser un guerrero que poseyera valentía, honor y lealtad hacia
sus señores. La idea del honor poseía tanta importancia que el suicidio ritual
era una alternativa muy respetada frente al deshonor o la derrota.
La familia Nabeshima gobernó la Provincia Hizen durante el periodo Edo (1600-1868). Controlaban tecnología, comercio y por supuesto, la manufactura de espadas de la región. Su riqueza se basaba en distintas industrias, incluyendo la famosa cerámica Nabeshima y la manufactura y exportación de espadas. Fueron los mecenas de grandes familias de forjadores de espadas como los Hashimoto, Shinzaemon o Tadayoshi. De hecho, la primera generación Tadayoshi fue enviada por Nabeshima Katsushige a estudiar en Kyoto bajo la tutela del maestro forjador Umetada Myôju al final del siglo XVI, quien les imprimiría a las espadas de la familia un características únicas que perdurarían hasta el comienzo del régimen Meiji en 1868. Así, todas las espadas de la familia estaban realizadas con el acero más fino y delicado, y las hojas se pulían con una elegante curva.
Fundas y empuñaduras.
En líneas generales la forma de las espadas ha sido cuidadosamente preservada a lo largo de los siglos, pero ese no ha sido el caso de la mayor parte de las vainas. Estas fundas han sido sujeto de los cambios de la moda e incluso la misma hoja pudo haber cambiado en diversas ocasiones de funda, empuñadura y accesorios.
Tanto para los tachi (gran espada) como para las katanas (espadas largas), wakizashi (espada acompañante) y los tantō (dagas), las vainas del periodo Edo se realizaban con madera de magnolio ya que no rezumaba resina que pudiera dañar al acero. Se realizaban en dos mitades que se pegaban juntas y posteriormente se lacaban creando una superficie suave, duradera y bonita. Excepcionalmente, para las espadas que se llevaban suspendidas del cinturón (como las de tipo Tachi), se colocaban guarniciones metálicas en la funda, que podían variar en complejidad según la ocasión.
Las empuñaduras también se realizaban en madera y en dos mitades, que habitualmente se ataban con la piel de las mantarraya, que es muy fuerte y aguanta mucha presión. Aquí se muestra un tantō de la época Meiji. La vaina está lacada en negro con partículas dispersas de oro en polvo. La decoración de hojas de arce fue creada con impresiones de hojas reales a las que se aplicó laca de colores. Todas las guarniciones de esta espada están realizadas en hierro con incrustaciones que representan hojas de arce japonés y flores de cerezo.
La información y las imágenes están extraídas de la página principal del British Museum de Londres: http://www.britishmuseum.org/
muy currado!
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